Más allá del ridículo de los asistentes gubernamentales retratando con sus teléfonos el papel del decreto como si tuvieran un testimonio de un robo, un homicidio o algo en lo que la imagen fuera de importancia real, Mas está viviendo sus 72 horas de gloria. Es obvio: que se hable de una convocatoria que no se celebrará; que el presidente catalán asuma todo el protagonismo de la charlotada; que haya aprendido a actuar y a dominar la escenografía durante este tiempo; la psicológica mano que su esposa Helena Rakosnik pasó por su espalda en la matinal del sábado; y que la firma del decreto tape la también histórica chuleada que hizo Jordi Pujol ante la Cámara catalana sólo unas horas antes no es gratuito. Nada de ello.
Pero dicho esto, y mientras Mas disfruta de sus minutos de gloria a lo Andy Warhol, hasta que el Constitucional suspenda esa convocatoria del 9N pido un par o tres de cosas a nuestros representantes: con la consulta todavía activada, ¿qué votará y recomendará la cúpula de ICV? ¿y la de Unió Democràtica? ¿cuál será el mensaje del PSC? Si son momentos para la valentía política y no para el márketing, estaría bien que Joan Herrera, Josep Antoni Duran Lleida, Miquel Iceta y los suyos, pero incluso más, que Joan Carles Gallego (CCOO), Josep Maria Álvarez (UGT), Joaquim Gay de Montellà (Foment del Treball), Josep González (Pimec)… los mismos que han jugado a la ambigüedad sobre su país en virtud de una discutible radicalidad democrática digan qué recomiendan a sus afiliados, asociados y amigos. No está suspendida aún y queremos saber. Me apuesto dos garbanzos con ustedes, amigos lectores, a que el nuestro no es un país de valientes, pero sí de oportunistas. Lo veremos en apenas unas horas.